Imposible pensar en Empedrado
sin relacionarlo con la pesca. Este cautivante deporte es uno de
sus mayores atractivos. Es un lugar que se presta a una intensa
búsqueda de presas codiciadas, tales como los dorados, bogas,
pez amarillo, o pacú.
En este tramo del Paraná se produce un estrechamiento, que
lo hace más rápido, produciendo correderas y accidentes
muy importantes que dan fama a este pesquero, cuenta con muy buenos
rincones, con salidas de arroyos y lagunas, donde se pueden realizar
intentos en las especialidades con carnada, o con artificiales en
spinning y trolling o mosca.
Se destacan por sus dimensiones y belleza, las Islas Ercilla, Caballada
y Hermes Cue. Se forman grandes bancos de arena, con profundos veriles.
El río se divide en dos, uno siguiendo el cauce principal
y otro formando del Riacho Empedrado. Estos accidentes
le dan fama, por que siempre tiene la generosidad de ofrecer algún
ejemplar de dorado o surubí.
Se han encontrado muchos ejemplares de dorados con pesos
hasta 10 kilos, lo cual hace a los amantes de esta actividad
perseverar para conseguir presas increíblemente grandes.
Con respecto a la pesca variada, todo el año
llegan grandes cardúmenes, y como siempre pueden obtenerse
ejemplares de considerables tamaños.
El río no deja de cautivar a los turistas con amaneceres
y atardeceres brillantes y coloridos sobre el horizonte y sus islas.
Las jornadas de pesca en Empedrado cuentan con
el marco ideal para cautivar el espíritu y la mente. |